COMPAÑERA TE DOY ....
En las diferentes épocas y sociedades ha existido una división del trabajo en función del sexo, que respondía a fenómenos sociales y culturales.
Esta división del trabajo adjudica los espacios en función del sexo, correspondiendo principalmente a las mujeres desarrollar su actividad en el ámbito privado ( quiere decir doméstico) y a los hombres en el ámbito público.
Así la vida de los individuos se organiza en torno a un contrato social implícito.
Este contrato tiene dos componentes :
• el relativo al papel del hombre y de la mujer en la sociedad
• el relativo al empleo.
Ambos definen el actual reparto de responsabilidades familiares y profesionales.
En virtud del primero, las mujeres deben asumir la responsabilidad del cuidado y crianza de los miembros de la familia y del mantenimiento físico del espacio doméstico, mientras que a los hombres les corresponde velar por el bienestar económico y financiero de esa misma familia.
El segundo contrato refuerza aún más este reparto, ya que se basa en el principio de un único salario por familia,( habitualmente aportado por el varón) que exige la dedicación casi exclusiva, de forma permanente y para toda la vida.
( Conducir el cambio estructural. OCDE/Instituto de la Mujer - 1993)
Esta división del trabajo adjudica los espacios en función del sexo, correspondiendo principalmente a las mujeres desarrollar su actividad en el ámbito privado ( quiere decir doméstico) y a los hombres en el ámbito público.
Así la vida de los individuos se organiza en torno a un contrato social implícito.
Este contrato tiene dos componentes :
• el relativo al papel del hombre y de la mujer en la sociedad
• el relativo al empleo.
Ambos definen el actual reparto de responsabilidades familiares y profesionales.
En virtud del primero, las mujeres deben asumir la responsabilidad del cuidado y crianza de los miembros de la familia y del mantenimiento físico del espacio doméstico, mientras que a los hombres les corresponde velar por el bienestar económico y financiero de esa misma familia.
El segundo contrato refuerza aún más este reparto, ya que se basa en el principio de un único salario por familia,( habitualmente aportado por el varón) que exige la dedicación casi exclusiva, de forma permanente y para toda la vida.
( Conducir el cambio estructural. OCDE/Instituto de la Mujer - 1993)
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